El cerebro de un adolescente es diferente al cerebro de un adulto dado que se encuentra en etapa de maduración hasta los 22-24 años.
Las áreas encargadas del auto-control, el juicio, las emociones y la organización se desarrollan durante la pubertad y principios de la adultez. Es por eso que la adolescencia se caracteriza por ser un periodo de dificultades en la toma de decisiones, toma de riesgos y descontrol emocional.
Durante la adolescencia se produce una segunda fase en el desarrollo del cerebro - la primera ocurre durante los primeros 18 meses de vida -, hay algunas conexiones entre neuronas que desaparecen y otras conexiones se fortalecen, haciendo el cerebro más eficiente.
Por esto, aprender a tomar decisiones eficaces y un estilo de vida saludable tendrá un impacto durante toda la vida, de la misma forma que los "malos hábitos" durante esta etapa también tendrán repercusiones a largo plazo. Por ejemplo: hoy en día las investigaciones muestran que el cerebro de los adolescentes es más vulnerable a los efectos del alcohol en la memoria y en el aprendizaje. El consumo frecuente y desproporcionado de alcohol podrá tener consecuencias a largo plazo, comprometiendo algunas funciones cerebrales.