Aunque la depresión es muy frecuente, existen muchos mitos acerca de ella.

Una persona puede estar sufriendo y sentirse triste sin que eso signifique que esté deprimida.

Las situaciones vitales estresantes provocan malestar emocional. Este malestar es una reacción normal y natural ante la pérdida o los eventos adversos, y forma parte de una respuesta saludable y adaptativa.

Cuando las personas experimentan este tipo de malestar emocional -que puede variar en intensidad- pueden experimentar algunos síntomas como: pérdida de sueño, del apetito o del interés sexual, jaquecas o presión arterial alta. 

El malestar emocional, provocado por ejemplo por la pérdida de un ser querido o la ruptura de una relación sentimental, puede durar unas horas o extenderse a varios días o semanas, incluso durante meses.

Si ante la ocurrencia de un evento vital estresante, el malestar emocional se prolonga demasiado, la persona estará en riesgo de desarrollar una depresión.

La depresión es una enfermedad médica en la que se altera la regulación del estado de ánimo a nivel del sistema nervioso central, afectando no sólo las emociones, sino también nuestros pensamientos y nuestro organismo. Las personas con depresión suelen experimentar emociones negativas, pérdida de interés, fatiga, cambios en los hábitos de sueño, la actividad sexual, el peso y el apetito. Otros síntomas de la depresión pueden ser pensamientos negativos con ideas pesimistas, baja autoestima, indecisión y hasta ideas suicidas.

En conjunto, estos síntomas suelen tener un impacto negativo en la vida de las personas, su bienestar general, el trabajo y las relaciones interpersonales.
En esos casos es muy importante consultar al médico para que pueda realizar un diagnóstico e indicar un tratamiento adecuado.

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