Dependiendo de la situación del paciente, el farmacéutico puede ser un facilitador para que él o ella acceda a la atención necesaria. Si el paciente se acerca antes de obtener un diagnóstico clínico, se puede explorar su situación actual y obtener una impresión de los síntomas depresivos que pudiera tener. Si es necesario, puede recomendar programar una visita con un médico de familia o un psiquiatra para una evaluación clínica.

Como farmacéutico, no estarás directamente involucrado en el tratamiento de la depresión, pero se puede dedicar algo de tiempo a hablar con el paciente y estar preparado para responder a las preguntas que puedan tener. Esto probablemente anime al paciente a buscar o continuar el tratamiento que necesita.

Es frecuente que como farmacéutico los pacientes te pidan consejo acerca de la farmacoterapia. Con frecuencia, las personas tienen ideas erróneas acerca de la medicación. Pueden tener miedo de los efectos secundarios del antidepresivo, creer que los antidepresivos les van a cambiar su personalidad, o preocuparse de que se convertirán en dependientes de los antidepresivos. Estos son algunos de los mitos que un farmacéutico puede ayudar a disipar. Por el contrario, con mucha frecuencia, la gente puede pensar que las benzodiazepinas tienen menos efectos secundarios y tienen menor riesgo de abuso del que realmente tienen. Usted puede ayudar a aumentar la conciencia de los efectos secundarios y los riesgos asociados con las benzodiacepinas.